El indignante montaje contra Tamara Carrasco
La sentencia absolutoria recaída recientemente ante el indignante proceso criminal instruido contra Tamara Carrasco refuerza una serie de evidencias, que por ser sobradamente conocidas, no podemos dejar de incidir y denunciar por mucho que pese a determinados actores políticos y estamentos de la sociedad que nos ha tocado vivir.
El día que la detuvieron, los que pudimos presenciar toda la colosal operación policial que se llevó a efecto para capturar a una activista acusada de terrorismo y rebelión con un expectación mediática de primera magnitud, quedamos atónitos ante aquellas imágenes, máxime, cuando horas después los medios informaron que el material “sospechoso” que le incautaron fue una careta de Jordi Cuixart, un silbato y un cartel del 1 de octubre.
Después de 48 horas detenida en la Audiencia Nacional y tras un confinamiento de 15 meses en su ciudad de Viladecans, la justicia decidió reducir la pena a incitación de desordenes públicos y al cabo de dos años y medio se produce su total absolución con una sentencia en la que la jueza da un toque de atención a la Guardia Civil por haber aplicado una investigación “poco seria”.
A este propósito, plateo tres interrogantes: ¿Todavía alguien puede dudar de la existencia durante la etapa de gobierno del PP de las famosas cloacas del Estado? (ahora tenemos nuevas declaraciones de Villarejo que lo refrenda). ¿Todavía hay gente capaz de sostener la duda de que existe una policía patriótica y una campaña permanente de persecución tendenciosa para reprimir y amedrentar al independentismo catalán? Y por mucho que al final Tamara consiga una indemnización del Estado, ¿cómo se va a poder restituir los daños morales y los múltiples perjuicios de todo tipo que ha sufrido esta persona? Dejo estas preguntas en el aire para la reflexión.
Jordi Terris – El Periodico

