Polémica con la lengua catalana. Afán de generar conflicto y división
Escribo estas líneas en castellano porque considero muy necesario que puedan ser leídas por el máximo número de personas, sobre todo, fuera de Catalunya.
Digo fuera, por cuanto una vez más, desde la más absoluta mala fe, algunos políticos están manipulando la información derivada de hechos concretos como el de Canet de mar, de tal manera que la información que llega al resto de España, alimenta la visión sesgada y partidista de un supuesto conflicto general que la población que reside en Catalunya sabe perfectamente que no existe, salvo situaciones puntuales como ésta. Las hemerotecas están llenas de escritos de jóvenes que han venido en los últimos tiempos de otras provincias a residir a Catalunya y que han mostrado su estupefacción ante una realidad a nivel de convivencia y del trato de las dos lenguas cooficiales muy distinta a la que les habían vendido algunos medios en su tierra natal.

Declaraciones como las del Sr. Carrizosa comparando este acontecimiento con los hechos de Ermua en época de ETA y las del Sr. Pablo Casado asimilándolo con el apartheid sudafricano, cuyos dirigentes, por cierto representan a partidos muy minoritarios en Catalunya, se descalifican por si solas y demuestran ese afán de generar conflicto y división. Al margen de ello, utilizan el tema de la lengua de manera deplorable para erosionar el gobierno de Sánchez y para crucificar al independentismo catalán.
Y es que precisamente, ahora que se han publicado distintas estadísticas que reflejan el franco desequilibrio del uso del catalán respecto al predominio del castellano, aprovechan una incidencia puntual para insistir en la falacia de que el castellano está perseguido en Catalunya, pretendiendo dilapidar un modelo de Inmersión Lingüística de cohesión social que está funcionando con éxito durante los últimos 40 años.
Es la política del todo vale para destruir una idea, un movimiento, o un idioma.
Jordi Terris / El Periodico 19-12-2021
