Empezamos mal. El nuevo presidente prometió que uno de sus principales  objetivos era acabar con los “ismos” y trabajar por la unidad de todos los barcelonistas. No me parece la manera más apropiada de demostrar este compromiso retirando el primer día de su mandato el titulo de Presidente de Honor a Johan Cruiyff, adoptando este tema como cuestión prioritaria por mucho que esta figura no esté contemplada en los estatutos. Me parecería mucho más ético y coherente haber hablado con él previamente y tomar la decisión en cualquier momento sin tanta prisa y precipitación.

No debemos olvidar que el Sr. Johan Cruyff es considerado toda una institución por

una gran parte del barcelonismo y fue la persona que, no solo fue el promotor del estilo de juego que nos está dando tantas alegrías y títulos desde hace años, sino que fue el que empezó a cambiar la tendencia victimista de este apreciado club, por lo que merece el máximo  respeto y consideración.

Entiendo que no es la mejor manera de iniciar un mandato tan importante como es el del  presidente del Barça, sobre el cual hay depositadas muchas espectativas y en cuya campaña ha preconizado un cambio de estilo que, en su primera decisión, precisamente no ha quedado demostrado en absoluto.  Esta prioridad y precipitación únicamente puede entenderse desde el rencor y, con este talante, empezamos mal Sr. Rosell.

Jordi Terris

Diari Sport  05-07-2010